Canina

Título original: Nightbitch
Año: 2024
Duración: 98 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Marielle Heller
Guión: Marielle Heller
Música: Nate Heller
Fotografía: Brandon Trost
Reparto:
Amy Adams, Scoot McNairy, Mary Holland, Ella Thomas, Kerry O'Malley, Jessica Harper, Zoe Chao, Laura Meadows... 

Una mujer (Amy Adams) decide dejar su carrera artística para dedicarse a la maternidad y al trabajo doméstico tras el nacimiento de su hijo. A medida que se integra en su nueva rutina, comienzan a suceder cosas inquietantes: experimenta cambios físicos y emocionales que la hacen sospechar que se está transformando en una perra.

La protagonista empieza a adoptar comportamientos caninos: hace que su hijo juegue con perros, come en cuencos de perro y duerme en su cama, lo que parece calmar al niño y permitirle dormir mejor por primera vez.

Durante esta transformación, también muestra instintos primarios extremos, incluyendo la caza de pequeños animales, como el gato de la familia, simbolizando una liberación frente a las expectativas tradicionales de género y maternidad.

El marido (Scoot McNairy), inicialmente no comprende ni acepta los cambios de su pareja, lo que genera una profunda sensación de aislamiento y frustración en la protagonista. En un punto crítico, estallan en conflicto y deciden separarse temporalmente, dando pie a que la protagonista explore un proyecto artístico que fusiona su nueva identidad con su instinto creativo.

Canina, dirigida por Marielle Heller y basada en la novela de Rachel Yoder, me ha parecido una propuesta quizás un tanto incómoda para algunas personas como interesante.

La historia gira en torno a una mujer que atraviesa una crisis profunda tras ser madre y desde el principio, el tono es un poco incómodo, no porque pase algo especialmente terrible, sino porque todo resulta demasiado reconocible. El cansancio, la incomprensión, la falta de espacio, la rabia que se acumula sin saber exactamente hacia dónde y en medio de ese torbellino, aparece un humor que no te hace reír a carcajadas, pero sí te hace sonreír un poquito.

Amy Adams está enorme, llevando todo el peso emocional de la película sobre sus hombros y gracias a ella, incluso en los momentos donde la película flojea un poco o se vuelve repetitiva, no desconectamos del todo.

Eso sí, tengo que decir que la película no mantiene siempre el mismo nivel. La primera mitad tiene fuerza, con ideas visuales y narrativas sorprendentes, pero luego va perdiendo un poco el impulso ya que parece que no termina de encontrar el equilibrio entre lo cómico, lo absurdo y lo doloroso, pero aun así, nunca deja de ser una historia interesante.

Lo que más me ha gustado es cómo se atreve a hablar del lado oscuro de la maternidad, no como un rechazo a ser madre, sino como una crítica a la imagen idealizada que se impone sobre ello y también me ha gustado cómo plantea, la falta de implicación masculina, la soledad emocional y esa sensación de estar perdiéndote a ti misma mientras todo el mundo te dice que lo que te pasa es “normal”.

Canina no es una película perfecta, pero sí muy interesante, que quizás resulte incomoda porque dice verdades que muchas veces se callan, que seguro no gustará a todo el mundo, pero a mí me ha parecido que merece la pena verla.