Título original: Moana
Año: 2016
Duración: 113 min.
País: Estados Unidos
Dirección: John Musker, Ron Clements, Don Hall y Chris Williams
Guion: Jared Bush
Música: Lin-Manuel Miranda, Opetaia Foa'i y Mark Mancina
Reparto:
Auli'i Cravalho, Dwayne Johnson, Rachel House, Temuera Morrison, Jemaine Clement, Nicole Scherzinger, Alan Tudyk...
Vaiana Waialiki es una valiente joven polinesia que vive en una isla del Pacífico sur. Desde pequeña siente una conexión especial con el océano, pero su padre, el jefe de la aldea, insiste en que su lugar está en tierra firme.
Sin embargo, cuando una oscuridad amenaza con destruir su hogar y la vida de su pueblo, Vaiana decide embarcarse sola en una misión para restaurar el equilibrio del mundo natural.
Su objetivo es encontrar a Maui, un semidiós arrogante y carismático que robó el corazón de Te Fiti, la diosa que da vida, provocando el caos. Juntos, Vaiana y Maui atraviesan el océano en una aventura llena de peligros, monstruos y descubrimientos, no solo del mundo, sino también de sí mismos.
Premio Annie 2016 al Mejor Doblaje para Auli'i Cravalho
Premio Annie 2016 a los Mejores Efectos Animados
Vaiana me ha parecido una película preciosa, de esas que te atrapan desde el primer momento y te hacen querer volver a ser niña para vivir esa aventura desde dentro.
Visualmente es un espectáculo. Todo es tan bonito que a veces no sabes ni a dónde mirar: los paisajes, el océano, los colores, el pelo de Vaiana flotando con el viento...
No es la típica historia de héroes perfectos, aquí los personajes se equivocan, dudan, se asustan... y Vaiana es una protagonista que brilla por sí sola.
Me reí muchísimo con los Kakamora, esos bichillos piratas en cocos, en una escena que me pareció de las más divertidas de toda la película y también tengo que mencionar la canción We Know The Way, que me parece espectacular.
Lo mejor de Vaiana es que logra emocionarte sin caer en la lágrima fácil, tiene ese equilibrio justo entre aventura, humor y sentimiento.
¿Lo peor? Si tengo que ponerle un “pero”, quizás echo en falta un poco más de animación tradicional, que siempre me ha gustado por ese toque artesanal y nostálgico y quizá en algún momento la historia puede llegar a parecer un poco larga.
Vaiana es de esas películas que te hacen salir del sofá con ganas de viajar, de explorar, de escucharte. Tiene magia, tiene ritmo, tiene mensaje y sobre todo, tiene corazón.
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