Año: 2024
Duración: 110 min.
País: España
Dirección: Marcel Barrena
Guion: Marcel Barrena y Alberto Marini
Música: Arnau Bataller
Fotografía: Isaac Vila
Reparto:
Eduard Fernández, Clara Segura, Zoe Bonafonte, Salva Reina, Carlos Cuevas, Vicente Romero, Betsy Túrnez, Óscar de la Fuente, David Verdaguer, Aimar Vega, Borja Espinosa, Pep Ferrer, Mireia Rey...
La película narra la historia real de Manolo Vital (Eduard Fernández) un conductor de autobús y líder vecinal en el barrio barcelonés de Torre Baró durante los años 70.
Cansado de las promesas incumplidas y la falta de servicios básicos en su comunidad, Manolo decide secuestrar pacíficamente un autobús de la línea 47 para demostrar que el transporte público puede y debe llegar a su barrio, desafiando así las afirmaciones del Ayuntamiento de que los autobuses no podían acceder a la zona debido a las condiciones de las calles.
Este acto de desobediencia civil se convierte en un catalizador para el cambio, movilizando a la comunidad y transformando la periferia de Barcelona.
La película destaca la lucha de los inmigrantes andaluces y extremeños que construyeron estos barrios con sus propias manos, enfrentándose a la marginación y la falta de infraestructuras básicas.
Premio Forqué 2024 a la Mejor Película
Premio al Cine y Educación en Valores en los Premio Forqué 2024
No pensaba que al terminar de ver El 47 un nudo se me quedase agarrado en la garganta y tantas reflexiones en la cabeza. El 47 es una película que no solo nos cuenta una historia real, sino que consigue conectarte con un pasado que, aunque pueda parecer lejano, sigue siendo parte de quienes somos hoy. Marcel Barrena logra transportarnos a la Barcelona de los años 70, una ciudad marcada por las luchas vecinales y la dignidad de una clase trabajadora que nunca se rindió.
La historia gira en torno a Manolo Vital, un conductor de autobús que, cansado de las promesas incumplidas del Ayuntamiento, decide secuestrar pacíficamente un autobús de la línea 47 para llevarlo a Torre Baró, un barrio olvidado por las administraciones. Este acto, aunque aparentemente sencillo, se convierte en un símbolo de resistencia y de la importancia de la acción colectiva.
Eduard Fernández está soberbio en el papel de Manolo. Es impresionante cómo se mete en la piel de este personaje de una manera tan humana y tan real. A su lado, Clara Segura brilla en el papel de su esposa, aportando fuerza y ternura en igual medida. Ambos logran transmitir no solo las frustraciones y los sacrificios de una generación, sino también su esperanza y determinación.
La ambientación es otro punto fuerte de la película. Desde las calles polvorientas de los barrios periféricos hasta las imágenes de archivo que se entrelazan con la narrativa, todo está cuidado al detalle. Aunque, personalmente, esas transiciones con imágenes de archivo a veces me parecieron un poco forzadas y quizás las hubiese agradecido más si hubiesen aparecido en los créditos finales, pero aún así, no quitan mérito al resto de la dirección artística.
En tiempos donde el individualismo parece primar, esta película nos recuerda la fuerza de la unión y la resistencia. Las luchas colectivas son el reflejo de los verdaderos cimientos de nuestras ciudades y de nuestra sociedad.
El cierre con la canción de Valeria Castro (maravillosa como siempre) es el broche perfecto.
El 47 es un recordatorio de que las conquistas sociales nunca están aseguradas y a través de esta historia se nos invita a reflexionar sobre el pasado, sobre el inquieto presente y a luchar por un futuro más justo. Imprescindible para entender quiénes somos y de dónde venimos.
Como dice en un momento de la película Manolo Vital: "Quisieron quitarnos nuestra dignidad y eso es lo último que se pierde... La dignidad no es algo abstracto, la dignidad es la lucha por el agua, la lucha por la luz, la lucha por correos, la lucha por la sanidad y por la educación pública... eso es la dignidad".