Año: 2024
Duración: 110 min.
País: España
Dirección: Icíar Bollaín
Guion: Icíar Bollaín e Isa Campo
Música: Xavier Font
Fotografía: Gris Jordana
Reparto:
Mireia Oriol, Urko Olazabal, Ricardo Gómez, Carlos Serrano, Font García, Lucía Veiga, Mabel del Pozo, Pepo Suevos, Luis Moreno, Javier Gálego, Mercedes del Castillo, Miguel Garcés, David Blanka, Xavier Estévez...
Soy Nevenka es una película que narra la historia real de Nevenka Fernández, una joven concejala de Hacienda en el Ayuntamiento de Ponferrada. En el año 2000, Nevenka, de 24 años, sufre una persecución implacable, tanto sentimental como profesional, por parte del alcalde, un hombre acostumbrado a hacer su voluntad en lo político y en lo personal.
Decide denunciar, aunque sabe que deberá pagar un precio muy alto: su entorno no la apoya, la sociedad de Ponferrada le da la espalda y los medios la someten a un juicio público.
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Quiero empezar esta reseña dando las gracias... gracias Nevenka, gracias por tu valentía, por enfrentarte a lo que muchas ni siquiera se atreven a nombrar, y gracias Icíar Bollaín, por darle voz a una historia que no debería caer en el olvido y que nos golpea de lleno.
No hay nada nuevo que no supiesemos de esta historia, es el mismo patrón de siempre: cuando una mujer alza la voz, la sociedad la silencia, la señala, la juzga. Soy Nevenka no es solo el retrato de una injusticia, es el reflejo de un país que sigue sin querer mirar de frente a sus propias miserias y verla y recordarla te remueve las entrañas y te las remueve más saber que ese "señor" años después seguía teniendo apoyo político y ciudadano, mientras que Nevenka tuvo que marcharse del país. La película es un espejo que nos devuelve una imagen incómoda de nuestra sociedad.
La dirección de Bollaín es directa, sin adornos ni artificios, porque no los necesita. La verdad es suficientemente brutal y sientes el miedo, la humillación, la soledad. Y ese es el gran logro de la película: hacer que aunque sea por un momento, podamos ponernos en la piel de todas las "Nevenkas" que han sido obligadas a callar. Mireia Oriol brilla en su papel, transmitiendo cada emoción con una verdad desgarradora, y Urko Olazabal encarna a la perfección el abuso de poder disfrazado de normalidad.
Soy Nevenka no te deja indiferente... o no debería hacerlo. Nos sacude, nos incomoda, nos obliga a mirarnos al espejo y preguntarnos qué tipo de sociedad permite que esto siga ocurriendo. Esta película debería ser obligatoria en todos los institutos, porque educar en el respeto y la dignidad es la única manera de evitar que esto siga ocurriendo.
Lo peor de todo es la sensación que te queda al final: han pasado más de veinte años y aunque hemos avanzado, las estructuras de poder siguen protegiendo a los de siempre. La película cumple su cometido: nos recuerda de dónde venimos y nos deja claro que todavía queda mucho por cambiar.
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