Título original: Casa en flames
Año: 2024
Duración: 105 min.
País: España
Dirección: Dani de la Orden
Guion: Eduard Sola
Música: Maria Chiara Casà
Fotografía: Pepe Gay de Liébana
Reparto:
Emma Vilarasau, Enric Auquer, Maria Rodríguez Soto, Macarena García, Alberto San Juan, Clara Segura, José Pérez-Ocaña...
La película nos presenta a Montse (Emma Vilarasau), una mujer divorciada que organiza un fin de semana familiar en su casa de Cadaqués, en la Costa Brava.
A pesar de la distancia emocional con sus hijos (Enric Auquer y Maria Rodríguez Soto) y la presencia de la nueva pareja de su exmarido (Alberto San Juan), Montse está decidida a que este encuentro sea perfecto, aunque para lograrlo deba "quemarlo todo".
Premio del Público 2024 en los Premios Forqué
A veces, las películas que más nos remueven por dentro son las que nos hacen enfrentarnos a las verdades más incómodas. Casa en llamas, dirigida por Dani de la Orden, es una de esas. Desde el primer momento te atrapa con una mezcla brillante de humor y drama, todo envuelto en un retrato crudo y sincero de las relaciones familiares.
La historia nos lleva a una segunda residencia en Cadaqués, donde las vacaciones de una familia se convierten en el escenario de tensiones acumuladas, secretos revelados y vínculos puestos a prueba. Lo primero que quiero destacar son las actuaciones. Emma Vilarasau, como la madre, está espectacular. Logra ser tierna, intensa, y, en ciertos momentos, completamente desconcertante y con cada gesto suyo nos cuenta una historia. Alberto San Juan interpreta al padre con una pasividad que refleja perfectamente a esos personajes que están pero no están. Y luego están Enric Auquer y María Rodríguez Soto, los hijos, que representan a una generación atrapada entre lo que se espera de ellos y lo que realmente quieren ser.
Macarena García es otra pieza clave de la película, añadiendo una capa fresca y natural, además de aportar un contraste interesante al resto del reparto. Mientras algunos personajes están atrapados en sus propios conflictos y cargas emocionales, ella irradia una sensación de libertad.
La casa no es solo el lugar donde ocurren las cosas: es un personaje más. Llena de luz y con unas vistas al Mediterráneo que quitan el aliento, también guarda un ambiente opresivo. Es ese tipo de espacios que, aunque bonitos, están cargados de recuerdos y emociones. Dani de la Orden aprovecha cada rincón, cada encuadre, para amplificar el drama y la intimidad de la historia.
Algo que me encantó fue el tono de la película. Va de lo absurdo a lo conmovedor sin sentirse forzado. Las escenas grupales, en las que todos los personajes están interactuando a la vez, son un caos perfectamente orquestado y los diálogos fluyen con naturalidad, como si estuvieras ahí, sentado en esa mesa, viviendo cada conflicto con ellos.
Sin embargo, no todo es perfecto. Aunque el final tiene su lógica y está bien planteado, tuve la sensación que la película perdía algo de fuerza en los últimos minutos.
¿Lo mejor? La capacidad de la película para hacerte reír y reflexionar al mismo tiempo. Las relaciones familiares son complejas, y aquí se exploran desde todos los ángulos posibles: el amor, la frustración, los celos, los secretos... Es difícil no sentirte identificada con al menos una parte de lo que ves en pantalla.
¿Lo peor? Lo dicho... quizás el final.
Por hacer un pequeño resumen diría que es una de esas películas que se te quedan atrapadas dentro. Te hará pensar en tu propia familia, en los momentos buenos y en los difíciles, y en cómo esas imperfecciones son lo que realmente nos conecta. Si buscas una película que combine emoción, humor y profundidad, esta es la indicada. Totalmente recomendable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Suscríbete a esta entrada y recibe por email las nuevas actualizaciones y comentarios añadidos
Marca la opción "Avisarme"