jueves, 26 de diciembre de 2024

La virgen roja







Año: 2024
Duración: 114 min.
País: España
Dirección: Paula Ortiz
Guion: Eduard Sola y Clara Roquet
Música: Guille Galván y Juanma Latorre
Fotografía: Pedro J. Márquez
Reparto:
Najwa NimriAlba PlanasAixa VillagránPatrick Criado, Pepe Viyuela, Jorge Usón, Pablo Vázquez, Pep Ambròs, Jon Viar, Claudia Roset, Jorge Asín...




Película que narra la trágica relación entre Aurora Rodríguez y su hija Hildegart. Aurora (Najwa Nimri) concibe a Hildegart (Alba Planas) como un proyecto para crear a la mujer del futuro, educándola bajo estrictos ideales eugenésicos.

Hildegart se convierte en una destacada intelectual de la España de los años 30 y una referente europea en sexualidad femenina. A sus 18 años, comienza a buscar su independencia y a explorar su libertad, incluyendo una relación con Abel Velilla (Patrick Criado).


Este deseo de emancipación provoca un conflicto con su madre, quien teme perder el control sobre su creación, culminando en una noche fatídica en 1933.





Tenía ganas de ver La Virgen Roja, muchas ganas, pero tras verla tengo sentimientos encontrados, aunque hay algo que tengo claro: la película ha despertado en mí un enorme interés por Hildegart y por descubrir más sobre su obra y su historia.
La historia de Hildegart es impresionante. Una joven prodigio que, antes de los 18 años, ya era una referencia en la lucha por la libertad sexual de las mujeres. Todo esto bajo la sombra de una madre controladora y obsesiva que la veía como un proyecto personal más que como su hija. Paula Ortiz consigue capturar este drama en un contexto histórico lleno de contradicciones, con una puesta en escena cuidada al detalle y una fotografía maravillosa. La casa en la que transcurre gran parte de la historia llegas a sentirla como otro personaje: opresiva, llena de sombras y luces que reflejan perfectamente la relación entre Aurora e Hildegart.
Najwa Nimri interpreta a Aurora, y aunque su presencia en pantalla es innegable, su actuación se siente exageradamente fría. Ese tono constante, siempre hablando en susurros que hasta cuesta entenderla, hace que sea difícil conectar del todo con su personaje. Por otro lado, Alba Planas, quien interpreta a Hildegart, tiene momentos interesantes, pero no logra transmitir toda la complejidad y el sufrimiento de alguien atrapado entre la libertad que anhela y el control absoluto de su madre. Eso sí, Pepe Viyuela es una grata sorpresa. En un registro completamente diferente al que estamos acostumbrados en él, roba cada escena en la que aparece, y Aixa Villagrán entrega una actuación llena de dolor y humanidad que merece ser destacada.
La película tiene puntos fuertes. La obsesión de Aurora y su relación destructiva con Hildegart están retratadas de una manera que te hace reflexionar sobre los límites del amor, el control y la ambición. La banda sonora es otro elemento que quiero destacar: opresiva como el personaje de Aurora, pero magnífica, ya que consigue envolver cada escena en una atmósfera cargada de tensión y dramatismo. La máquina de escribir, se convierte también en otro personaje indiscutible, casi como un símbolo repetitivo de cómo Hildegart era tratada como un instrumento para los sueños de su madre.
En cuanto a Aurora, su obsesión domina casi por completo la representación de su personaje en la película. Esto deja de lado aspectos que podrían haber enriquecido su figura, como las contradicciones que la hacían tan compleja. Una mujer capaz de impulsar la lucha por la libertad sexual de las mujeres mientras reprimía su propia vida y sometía a su hija a un control absoluto. Este contraste podría haber sido explorado con más matices para darle mayor profundidad.
Lo que sí logra Paula Ortiz con La Virgen Roja es sacar del olvido una historia que merece ser conocida. Además nos invita a reflexionar sobre el papel de las mujeres en una época en la que no se les permitía ser más que madres y esposas y la película te deja pensando en el precio que pagaron tanto Aurora como Hildegart por sus ideales y ambiciones.
A pesar de sus fallos, recomiendo ver La Virgen Roja. Es una película que, aunque no es perfecta, abre puertas a debates necesarios y, sobre todo, despierta las ganas de saber más sobre Hildegart y su obra. Porque si algo me quedó claro al terminar de verla, es que tengo la intención de profundizar en su vida, cuya historia merece ser recordada y valorada.





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