Título original: The Diplomat
Año: 2023
Temporadas: 2 temporadas (22 episodios)
País: Estados Unidos
Dirección: Debora Cahn, Liza Johnson, Simon Cellan Jones, Alex Graves, Andrew Bernstein y Tucker Gates
Guion: Debora Cahn, Peter Noah, Amanda Zetterström, Mia Chung, Anna Hagen, Eli Attie y Peter Ackerman
Música: Nathan Barr, Dimitri Smith y Marcelo Zarvos
Fotografía: Julian Court y Philipp Blaubach
Reparto:
Keri Russell, Rufus Sewell, David Gyasi, Ato Essandoh, Ali Ahn, Rory Kinnear, Michael McKean, Nana Mensah, Miguel Sandoval, Celia Imrie, Penny Downie, Bijan Daneshmand, Eric Tiede...
Kate Wyler es una diplomática estadounidense que asume el cargo de embajadora en el Reino Unido en medio de una crisis internacional. A lo largo de la serie, Kate debe equilibrar sus responsabilidades profesionales con su vida personal, especialmente su matrimonio con Hal Wyler, también diplomático.
La primera temporada introduce a Kate Wyler, una diplomática estadounidense que es nombrada inesperadamente embajadora en el Reino Unido.
Su llegada coincide con una crisis internacional provocada por un ataque a un buque británico, lo que la obliga a navegar por complejas negociaciones políticas mientras intenta mantener su matrimonio con Hal Wyler, un experimentado diplomático con sus propias ambiciones.
En la segunda temporada, Kate se enfrenta a la tarea de demostrar que el primer ministro británico está involucrado en una conspiración relacionada con el ataque al buque británico.
Sin embargo, la estrecha colaboración entre Estados Unidos y el Reino Unido, que incluye el intercambio de información y la prohibición de espiarse mutuamente, complica su investigación.
Además, Kate debe lidiar con la posibilidad de que su esposo Hal esté más implicado en el caos político de lo que ella pensaba, lo que añade tensión a su ya frágil matrimonio.
La relación con el ministro de Asuntos Exteriores británico, Austin Dennison, también se vuelve más compleja, y la llegada de la vicepresidenta Grace Penn introduce nuevos desafíos en el panorama político.
Tras el asesinato del presidente de Estados Unidos, el panorama político se convierte en un campo minado para Kate Wyler. La recién nombrada mandataria, la vicepresidenta Grace Penn, asume el poder en medio del caos, pero las sospechas empiezan a señalar directamente a Hal Wyler,el esposo de Kate, como posible implicado en la conspiración.
Lejos de protegerla, el sistema intenta absorberla: presionan a Kate para que acepte el cargo de vicepresidenta en un movimiento que podría ser tanto una promoción como una trampa. Al mismo tiempo debe lidiar con su compleja relación con Austin Dennison y con Todd Penn, el esposo de la nueva presidenta, cuyas ambiciones podrían ser tan peligrosas como los enemigos declarados.
Entre negociaciones internacionales, alianzas dudosas y traiciones personales, Kate se encuentra ante la pregunta definitiva: ¿puede mantenerse íntegra en un entorno donde la lealtad se compra y la verdad depende de quién escriba el informe?
Me he encontrado con esta serie por casualidad y la he visto con bastante interés, aunque tengo que decir que me ha dejado sensaciones algo encontradas. No es mala, ni mucho menos, pero tampoco es la joya que algunos venden. Tiene cosas buenas, engancha, entretiene y se deja ver, pero tampoco es nada nuevo.
Lo primero que pensé fue: esto ya lo he visto. Las decisiones políticas al más alto nivel, las reuniones tensas, los tejemanejes de despacho, los gestos calculados de cada palabra o silencio… todo eso forma parte del clásico panorama de las series políticas. Y aquí lo repiten.
La primera temporada empieza muy fuerte, muy conectada con temas de actualidad internacional, lo que al principio da bastante juego, pero a medida que avanza, te das cuenta de que todo ese escenario geopolítico es solo una excusa para que los personajes se enreden en sus dramas personales, sus frustraciones emocionales y claro, sus líos sentimentales. Que no está mal, porque eso también humaniza, pero esperaba algo más de fondo político real, no solo de adorno.
Keri Russell está estupenda, eso sí. Ella sola consigue que sigas viendo episodio tras episodio, incluso cuando la historia flojea un poco y aunque su personaje a veces es más caos que estrategia, se agradece verla en un papel así.
Ahora bien, es una serie que exige atención ya que hay momentos que pueden ser algo liosos y perderte entre nombres, cargos, decisiones diplomáticas y tensiones personales. Si te despistas un poco, puedes perder el hilo. Todo apunta a que habrá tercera temporada y eso me genera dudas, porque muchas veces alargar tanto las historias acaba por desgastar lo bueno que tenían al principio.
Resumiendo diría que La diplomática no es una obra de arte, pero tampoco es una pérdida de tiempo. Es interesante, tiene momentos buenos y un reparto solvente. Solo les pido que si siguen, no estiren el chicle demasiado ya que una buena serie puede estropearse muy fácil si se alarga sin necesidad.
Y llegó la tercera temporada, que tengo que decir que me ha sorprendido... y para bien. Lo habitual, al menos para mí, es que cuando una serie va sumando temporadas empiece a desgastarse, a repetirse o a perder esa frescura inicial que te enganchó, pero aquí ocurre justo lo contrario. Esta tercera entrega no solo mantiene el nivel, sino que consigue subir un peldaño más y confirmar que estamos ante una de las mejores series políticas de los últimos años.
En esta temporada se refuerza mucho más las relaciones personales entre los personajes y se siente una evolución y un crecimiento emocional que la serie necesitaba.. y aun así, no pierde ritmo, sigue siendo esa serie que te obliga a darle al “siguiente episodio” aunque sean las dos de la mañana, porque los finales de cada capítulo están perfectamente diseñados para dejarte con el corazón acelerado.
Keri Russell y Rufus Sewell están magníficos... como siempre y su química sostien en gran parte de la temporada.
La diplomática sigue con una energía que la mantiene viva en todo momento... tiene ritmo, tiene tensión y sobre todo, tiene credibilidad. No pretende reinventar el género, pero sí recordarte cómo se hace bien una historia política: con buenos personajes, con un conflicto moral constante y con una dosis justa de emoción. Esta tercera temporada no solo confirma la solidez de la serie, sino que la consolida como una de las producciones más interesantes y mejor escritas del año... esperaremos con ganas que llegue la 4ª el año que viene.











No hay comentarios:
Publicar un comentario
Suscríbete a esta entrada y recibe por email las nuevas actualizaciones y comentarios añadidos
Marca la opción "Avisarme"