lunes, 21 de abril de 2025

Memorias de un caracol






Título original: Memoir of a Snail
Año: 2024
Duración: 94 min.
País: Australia
Dirección: Adam Elliot
Guión: Adam Elliot
Música: Elena Kats-Chernin
Reparto:
Sarah Snook, Kodi Smit-McPhee, Eric Bana, Magda Szubanski, Dominique Pinon, Jacki Weaver...



Grace Pudel es una niña solitaria que vive en el Melbourne de los años 70 con su hermano gemelo Gilbert y su padre Percy. Tras la muerte de su padre, los hermanos son separados y enviados a hogares adoptivos diferentes.

Grace, marcada por la pérdida y la soledad, desarrolla una obsesión por coleccionar objetos relacionados con caracoles. A lo largo de su vida se enfrenta a diversas adversidades, incluyendo relaciones complicadas y la pérdida de seres queridos, pero también encuentra momentos de conexión y esperanza.





Premio al Mejor Largometraje de Animación en el Festival Internacional de Cinema de Catalunya - Sitges 2024


Premio al Mejor Film Internacional en el Festival de Göteborg 2025
Premio Cristal al Mejor Largometraje en el Festival de Annecy 2024
Premio del Cine Australiano 2024 a la Mejor Actriz para Sarah Snook
Premio del Cine Australiano 2024 a la Mejor Actriz de Reparto para Jacki Weaver
BFI London Film Festival 2024 a la Mejor Película





Termino de ver Memorias de un caracol con el corazón tocado porque me he dado de frente con una de esas películas que llegan sin hacer ruido y acaban quedándose muy dentro de una. No sabía bien qué esperar y tal vez por eso me ha sorprendido tanto.
Está hecha en animación stop motion —una técnica que ya de por sí tiene algo entrañable y frágil— y cuenta la historia de Grace, una vida marcada por la diferencia, por la pérdida, por la soledad… y también por momentos de ternura, de absurdo y de alegría inesperada. Adam Elliot tiene ese don de hablar del dolor sin recrearse en él, de mostrar la tristeza sin caer en el drama fácil y en esta película hay muerte, hay abandono, hay bullying, hay fanatismo, pero también hay humor, compasión y una humanidad que consigue emocionarte de verdad.
Técnicamente es una joya. El stop motion de Elliot tiene algo muy especial: sus personajes, modelados a mano con todas sus imperfecciones visibles donde cada arruga, cada gesto, está cuidado con tanto detalle que a veces se te olvida que estás viendo figuras de plastilina. Los escenarios son preciosos, con esos tonos ocres y apagados que, a medida que avanza la historia, se van iluminando poquito a poco, como el corazón de Grace y además todo está hecho sin efectos digitales, totalmente artesanal y eso se nota y se agradece en cada plano.
Me gustaría destacar también la maravillosa banda sonora en la que la magia y las emociones están en cada una de sus notas.
La narración tiene ese tono entre tragicómico y poético que me encanta. A ratos me he reído, a ratos se me hizo un nudo en la garganta y al finalizar la película no he podido contener las lágrimas. Es verdad que es una película triste, pero también es profundamente esperanzadora, porque Grace es uno de esos personajes que no se olvidan facilmente, con sus frases, sus silencios, su forma de ver la vida.
Es una película especialmente recomendable para quienes alguna vez nos hemos sentido raros, fuera de lugar, distintos, para quienes caminamos lento, pero seguimos, muchas veces no sabemos ni quiera cómo, bueno, quizás si... como los caracoles.
Memorias de un caracol es una película preciosa, sencilla en apariencia, pero con una profundidad brutal y sinceramente me cuesta entender cómo no se está hablando mucho más de ella, porque no estamos hablando solo de cine, sino del alma. Y de este tipo de películas, que te traspasen el alma no hay muchas.

"La vida me ha golpeado un poco, pero las rosas huelen mejor y finalmente me estoy convirtiendo en la persona que siempre quise".

"La vida solo podemos entenderla al revés, pero debemos vivirla hacia adelante".





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