Brooklyn

Título original: Brooklyn
Año: 2015
Duración: 111 min.
País: Irlanda
Dirección: John Crowley
Guion: Nick Hornby
Música: Michael Brook
Fotografía: Yves Bélanger
Reparto:
Saoirse Ronan, Emory Cohen, Domhnall Gleeson, Julie Walters, Jim Broadbent, Michael Zegen, Mary O´Driscoll, Eileen O´Higgins, Emily Bett Rickards, Paulino Nunes, Eve Macklin, Maeve McGrath, Jenn Murray, Aine Ni Mhuiri, Nora-Jane Noone...

En los años 50, la joven Eilis Lacey (Saoirse Ronan) decide abandonar Irlanda y viajar a los Estados Unidos, concretamente al barrio neoyorquino de Brooklyn, donde tiene la oportunidad de forjar un mejor futuro y donde conocerá a un chico del que se enamora.

Pero un día, a Eilis le llegan una terrible noticia familiar y tendrá que decidir entre quedarse en su nuevo país o volver a su tierra natal.

BAFTA a la mejor película británica 2016
British Independent Film Awards 2015 a la mejor actriz para Saoirse Ronan
Premio Círculo de Críticos de Nueva York 2015 a la mejor actriz para Saoirse Ronan

Canadian Screen Award a la Mejor Banda Sonora Original 2016
Satellite Awards 2016 a la Mejor Actriz 2016 para Saoirse Ronan
Canadian Screen Award a la Mejor Fotografía 2016

London Film Critics Circle Award for British Actress of the Year 2016 for Saoirse Ronan

Brooklyn nos cuenta la historia de una joven irlandesa que en los años 50 se ve obligada a dejar su país y su familia para empezar una nueva vida al otro lado del océano y lo que podría haber sido un drama convencional sobre la inmigración, se convierte aquí en una película preciosa, llena de sensibilidad, contada con una delicadeza exquisita.

Saoirse Ronan sostiene toda la película con una interpretación que traspasa la pantalla. Basta con mirarle a los ojos para entenderlo todo: la tristeza, la duda, el deseo, la nostalgia… y el resto del reparto está también muy bien, pero es ella quien da alma y verdad a la historia.

La fotografía es otra de las grandes virtudes de la película porque cada plano parece cuidado al milímetro, lleno de luz o de sombras y aunque el guion podría haber caído fácilmente en lo sentimental, lo evita con mucha inteligencia, dejándonos simplemente acompañar a la protagonista en ese viaje emocional tan íntimo como universal.

Hay belleza en los silencios, en los pequeños gestos, en la forma de mostrar cómo alguien se puede transformar sin llegar a perder del todo quién es. Brooklyn no pretende dar respuestas pero sí plantea preguntas importantes sobre las raíces, la identidad y la necesidad de elegir.