Título original: Seventh Heaven (7th Heaven)
Año: 1927
Duración: 110 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Frank Borzage
Guion: Benjamin Glazer
Año: 1927
Duración: 110 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Frank Borzage
Guion: Benjamin Glazer
Fotografía: Ernest Palmer y Joseph A. Valentine
Reparto:
Janet Gaynor, Charles Farrell, Gladys Brockwell, David Butler, Ben Bard, Albert Gran, Marie Mosquini, George E. Stone, Brandon Hurst...
Reparto:
Janet Gaynor, Charles Farrell, Gladys Brockwell, David Butler, Ben Bard, Albert Gran, Marie Mosquini, George E. Stone, Brandon Hurst...
Chico (Charles Farrell), un humilde limpiador de alcantarillas, rescata a Diane (Janet Gaynor), una joven maltratada por su hermana y hundida en la miseria. Él la acoge en su pequeño ático —su “séptimo cielo”—, donde ambos comienzan una nueva vida marcada por la ternura, la fe y el deseo de superarse.
Con el estallido de la guerra, Chico es enviado al frente y la pareja se ve separada, pero prometen mantenerse unidos por el amor y la esperanza, creyendo que su conexión trasciende la distancia y la tragedia.
Oscar 1929 a la Mejor Dirección
Oscar 1929 a la Mejor Actriz Principal para Janet Gaynor
Oscar al Mejor Guion Adaptado
El séptimo cielo es una de esas películas que te hacen darte cuenta de por qué el cine mudo sigue teniendo tanta fuerza casi un siglo después. Su director, Frank Borzage logra convertir una historia de amor en un acto de fe, en una experiencia casi espiritual con una película que combina melodrama, romanticismo y una belleza visual que roza lo poético, elevando las emociones hasta un punto en que el amor pareciera una forma de salvación, incluso entre la pobreza y el horror de la guerra.
Janet Gaynor está maravillosa y no me extraña que ganara el primer Óscar de la historia a la mejor actriz y junto a Charles Farrell formaron una de las parejas más emblemáticas del cine de su época.
Por supuesto, El séptimo cielo es hija de su tiempo y hoy pueden parecer ingenuos ciertos gestos o ese dramatismo exagerado, pero si una se deja llevar por la época, es fácil entender que era la forma de expresar emociones cuando aún no existían las palabras en pantalla. Es cierto que el fondo religioso está muy presente, como un fondo moral o espiritual que hoy puede resultar algo rancio, pero en el contexto del film encaja perfectamente.
La puesta en escena es soberbia, con esos decorados de los bajos fondos parisinos que resultan visualmente impresionantes, los movimientos de cámara, la luz, los encuadres… todo está cuidado con una precisión y una sensibilidad que no eran habituales en la época.
La escena en la que Chico sube las interminables escaleras del "7º cielo" es sencillamente magistral, una secuencia que demuestra el dominio técnico de Borzage y ese momento en el que Janet Gaynor levanta el puño mientras su amor parte a la guerra, me ha resultado imposible no pensar en Lo que el viento se llevó y la escena de Scarlett O'Hara gritando al cielo la ya famosa frase de "A Dios pongo por testigo...".
El séptimo cielo fue, sin duda, un hito del cine mudo. No solo consolidó a una de las parejas más queridas del momento, sino que también marcó una forma de entender el melodrama. Puede que hoy algunas partes parezcan anticuadas, pero su esencia sigue intacta: la idea de que el amor —por muy imposible que parezca— puede elevarnos por encima de todo.














