lunes, 20 de octubre de 2025

Alas





Título original: Wings
Año: 1927
Duración: 138 min.
País: Estados Unidos
Dirección: William A. Wellman
Guion: Hope Loring y Louis D. Lighton
Fotografía: Harry Perry
Reparto:
Charles 'Buddy' Rogers, Clara Bow, Richard Arlen, El Brendel, Jobyna Ralston, Gary Cooper, Arlette Marchal, Richard Tucker, Henry B. Walthall, Julia Swayne Gordon...


Ambientada durante la Primera Guerra Mundial, la historia sigue a Jack Powell (Charles “Buddy” Rogers) y David Armstrong (Richard Arlen), dos jóvenes que se alistan como pilotos de combate en las fuerzas aéreas estadounidenses. Aunque al principio son rivales —tanto en lo personal como en el amor— pronto forjan una profunda amistad en el frente, marcada por el peligro constante de los combates aéreos.


Mientras ellos surcan los cielos, en tierra los acompaña en secreto Mary Preston (Clara Bow), amiga de la infancia de Jack, que se enrola como conductora de ambulancia para estar cerca de él. La guerra los transforma a todos, enfrentándolos a la gloria, el sacrificio y la tragedia en medio de espectaculares batallas aéreas filmadas con un realismo inédito para la época.




Oscar 1929 a la Mejor Película
Oscar 1929 a los Mejores Efectos de Ingeniería




Alas, de William A. Wellman, me ha parecido una auténtica joya del cine mudo, un magnífico drama bélico del que, sinceramente, se habla muy poco para lo que realmente representa. Está ambientada durante la Primera Guerra Mundial y rodada con un estilo visualmente épico, con una fuerza y una elegancia que sorprenden incluso casi un siglo después de su estreno. Lo que más me ha impresionado son sus secuencias aéreas, filmadas con cámaras montadas en aviones, algo que en su momento fue una auténtica revolución técnica y que hoy sigue resultando impactante por su realismo y su intensidad.
Además, Alas fue la primera película de la historia en ganar el Óscar a la Mejor Película, cuando el premio todavía se llamaba Outstanding Picture, en la primera ceremonia de los Premios de la Academia en 1929. También se llevó el galardón a Mejores Efectos de Ingeniería, un reconocimiento más que merecido y sin recurrir, claro, a los actuales efectos digitales.
Me ha sorprendido lo ambiciosa que es esta película, sobre todo pensando en el año en que se rodó. La duración, los decorados, los medios técnicos utilizados… todo respira una grandeza que demuestra hasta qué punto el cine ya era capaz de crear espectáculo sin necesidad de color ni sonido. Pero más allá de su valor como logro industrial, Alas me ha ha llegado a emocionar y mucho, en algunas de sus escenas finales porque, en el fondo, no es solo una historia de guerra o de amor, sino sobre todo es una historia de amistad.
Además de las impresionantes escenas aéreas, hay otras escenas que me han dejado completamente fascinada... las “burbujas de champán” en el Folies Bergère son pura magia visual y me resultaron hipnóticas, un momento de ligereza y fantasía en medio del drama de la guerra.
Como dato curiosos, comentar que aparece un jovencísimo Gary Cooper... eso si, en un papel muy breve.
La verdad, es que pienso que esta película debería ser más recordada, más revisitada y más estudiada. Es cine con mayúsculas: dirección, guion, efectos, planos, movimientos de cámara, vestuario… Alas es una lección de cine, de esas que te atrapan sin remedio. Es una obra eterna que demuestra que, aunque hayan pasado casi cien años, el buen cine sigue volando alto.





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