Título original: X-Men: Apocalypse
Año: 2016
Duración: 143 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Bryan Singer
Guion: Simon Kinberg
Música: John Ottman
Fotografía: Newton Thomas Sigel
Reparto:
James McAvoy, Michael Fassbender, Jennifer Lawrence, Nicholas Hoult, Oscar Isaac, Rose Byrne, Evan Peters, Sophie Turner, Tye Sheridan, Josh Helman, Kodi Smit-McPhee, Lucas Till, Alexandra Shipp...
Tras miles de años de letargo, Apocalipsis (Oscar Isaac), el primer mutante de la historia, despierta en los años 80 con la intención de destruir el mundo y reconstruirlo a su imagen, considerando a los humanos y a los mutantes débiles como indignos de sobrevivir.
Para ello, recluta a cuatro poderosos mutantes —incluyendo a Magneto (Michael Fassbender)— como sus jinetes del Apocalipsis.
Ante esta amenaza global sin precedentes, Charles Xavier (James McAvoy) y sus X-Men —entre ellos Mística (Jennifer Lawrence), Bestia (Nicholas Hoult) y nuevos reclutas como Jean Grey (Sophie Turner) y Cíclope (Tye Sheridan)— deberán unirse y enfrentarse a un enemigo prácticamente invencible, en una batalla que decidirá el futuro de la humanidad y de los mutantes.
Tenía ganas de reencontrarme con el universo mutante después de lo que disfruté con Días del futuro pasado. Bryan Singer vuelve a ponerse al mando en X-Men: Apocalipsis y eso de entrada, ya es garantía de que la cosa estará al menos bien cuidada. Y sí, la película funciona, aunque reconozco que me dejó con una sensación agridulce: es buena, pero no sorprende.
La película empieza fuerte, con una introducción muy potente tanto a nivel visual como narrativo. Te mete de lleno en la historia y enseguida te presenta a los personajes, tanto los que ya conocemos como las nuevas incorporaciones. Y aquí viene una de las mejores partes: los nuevos personajes, pese a mis dudas iniciales, acaban funcionando bastante bien y aportan frescura al grupo.
El problema es que, a pesar de que todo está bien hecho, el ritmo es el adecuado, los efectos especiales cumplen, la música acompaña... pero hay poco riesgo.
Uno de los puntos más fuertes, como siempre, es Michael Fassbender. Su Magneto vuelve a ser el alma dramática de la película y cada vez que aparece, llena la pantalla. También me gustó la evolución del resto de personajes, porque aunque no todos tienen el mismo peso, se nota que hay un esfuerzo por seguir desarrollándolos.
La película juega bien con sus dos tonos: es oscura, como toca con un villano como Apocalipsis (que está bien construido, aunque me esperaba un poco más de impacto), pero también tiene sus toques de humor que alivian y ayudan a mantener el ritmo. La parte final es muy épica, de esas que te hacen disfrutar de lo que es una buena película de superhéroes.
La banda sonora de John Ottman me parece un acierto, con guiños a entregas anteriores y sí, hay escena postcréditos para los más fans, aunque hay que conocer bastante del mundo X-Men para pillarla del todo.
Lo mejor sin duda es Fassbender, además del arranque de la película y lo peor diría que son la falta de novedades reales y el guion que aunque es correcto, no arriesga.
X-Men: Apocalipsis es una película que cumple con lo que promete: entretenimiento, emoción y espectáculo. No es la mejor de la trilogía, pero es un cierre digno y disfrutable para quienes ya amamos este universo mutante.
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