Sister Act (Una monja de cuidado)

Título original: Sister Act
Año: 1992
Duración: 100 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Emile Ardolino
Guion: Paul Rudnick
Música: Marc Shaiman
Fotografía: Adam Greenberg
Reparto:
Whoopi Goldberg, Maggie Smith, Harvey Keitel, Bill Nunn, Kathy Najimy, Wendy Makkena, Richard Portnow, Robert Miranda, Mary Wickes, Pat Crawford Brown...

Deloris Van Cartier (Whoopi Goldberg) es una cantante de un cabaret de Reno (Nevada), que, accidentalmente, es testigo de un brutal asesinato llevada a cabo por su novio mafioso Vince (Harvey Keitel).

Bajo la protección de un detective que está tratando de destapar una trama criminal, Deloris se mete en un programa de testigos y acaba por esconderse en un convento de San Francisco.

En su contra, tendrá que hacerse pasar por monja durante sus estancia, con el pseudónimo de Mary Clarence, cuya entrada será un revulsivo para la comunidad de monjas, en especial para la madre superiora (Maggie Smith).

Para pasar desapercibida, y hacer vida en la orden, Clarence se hará cargo del coro del convento, un conjunto de monjas aficionadas que no poseen muchas dotes para el canto.

NAACP Image Award a la Mejor Película 1993

NAACP Image Award a la Mejor Actriz 1993 para Whoopi Goldberg

Premio People´s Choice a la Mejor Película de Comedia 1993

Premio People´s Choice a la Mejor Actriz de Comedia 1993 para Whoopi Goldberg

Sister Act es una de esas películas que siempre me levanta el ánimo. La he visto varias veces y nunca me canso. Tiene una mezcla perfecta de humor, música y buen rollo que te atrapa desde el principio. Es ligera, divertida y con un mensaje bonito sobre cómo se pueden cambiar las cosas desde dentro, sin perder quién eres.

Entretenida película que no tiene otro afán más que el de conseguir divertirnos y hacernos pasar un buen rato... y lo consigue con creces. Tiene ritmo y mucho corazón, además de buenas interpretaciones, con una Whoopi Goldberg que se mueve como pez en el agua en este tipo de comedias y una maravillosa (como siempre) Maggie Smith, que aporta el equilibrio perfecto con su seriedad y ternura. Todo el reparto funciona como un engranaje muy bien engrasado, logrando que nos encariñemos con cada personaje.

La estupenda banda sonora acompaña a la perfección cada momento y logra que nuestros pies no paren de moverse al ritmo de las canciones. Los arreglos, las versiones con toque góspel, las coreografías… todo suma para hacerte sonreír.

Es cierto que no tiene una trama especialmente profunda, pero tampoco lo necesita. No pretende ser una obra maestra del cine, solo una buena comedia que te haga desconectar y sentirte bien y en eso cumple con creces. Sister Act es ese tipo de película a la que vuelves cuando necesitas algo que te haga sonreír, olvidarte un poco del mundo y pasarlo bien. No importa cuántos años pasen, sigue funcionando igual de bien.