jueves, 23 de noviembre de 2017

Saw






Año: 2004
Duración: 100 min.
País: Estados Unidos
Dirección: James Wan
Guión: Leigh Whannell
Música: Charlie Clouser
Fotografía: David Armstrong
Reparto:
Cary Elwes, Leigh Whannell, Danny Glover, Monica Potter, Dina Meyer, Tobin Bell, Shawnee Smith, Ken Leung, Alexandra Bokyun Chun, Michael Emerson, Makenzie Vegas, Mike Butters, Paul Gutrecht, Benito Martinez...



Adam (Leigh Whannell) se despierta encadenado a un tubo oxidado dentro de una decrépita cámara subterránea. A su lado, hay otra persona encadenada, el Dr. Lawrence Gordon (Cary Elwes). Ninguno de los dos sabe por qué está allí, pero tienen un casette con instrucciones para que el Dr. Gordon mate a Adam en un plazo de ocho horas.


Recordando una investigación de asesinato llevada a cabo por un detective llamado Tapp (Danny Glover), Gordon descubre que él y Adam son víctimas de un psicópata. Para sobrevivir, los dos hombres deberán seguir una serie de reglas y objetivos diferentes si quieren ganar la batalla mortal a la que están siendo sometidos.





Reconozco que no soy precisamente fan del cine de terror y normalmente huyo de las películas de sustos, sangre y tensión, pero Saw me atrapó desde el minuto uno.
La película te mete de lleno en una historia angustiosa, original y muy inquietante. Dos hombres despiertan encadenados en un baño y no tienen ni idea de por qué están allí. A partir de ahí, empieza una cuenta atrás que te mantiene con el corazón en un puño. El guion juega muy bien con el espectador, te hace pensar, imaginar, suponer… y cuando crees que sabes lo que está pasando, te sorprende con un giro final que es simplemente brillante.
Lo mejor de Saw es justo eso, que no se limita a ser una película de terror al uso. Hay una trama que engancha, hay tensión, hay miedo, sí, pero también inteligencia y aunque tiene escenas bastante duras, todo está al servicio de la historia y no del morbo.
Lo peor, si hay que ponerle una pega, es que hay momentos que pueden resultar demasiado extremos o desagradables para quienes no estén acostumbrados al género, pero incluso para alguien como yo, que no disfruta del terror, Saw me pareció adictiva.
Saw es una película inquietante, tensa y muy bien pensada que te atrapa por completo, incluso si no te gusta el terror. Yo la sufrí… pero también la disfruté.





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