La horda

Título original: The Racket
Año: 1928
Duración: 84 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Lewis Milestone
Guion: Bartlett Cormack

Música: Robert Israel

Fotografía: Tony Gaudio
Reparto:
Thomas Meighan, Louis Wolheim, Marie Prevost, Pat Collins, Henry Sedley, George E. Stone, Sam De Grasse, Richard 'Skeets' Gallagher, Lee Moran, John Darrow, Lucien Prival, Dan Wolheim, Walter Brennan...

El honesto y obstinado capitán de policía McQuigg (Thomas Meighan), es un agente decidido a enfrentarse a la corrupción y al crimen organizado que dominan la ciudad. Su principal enemigo es Nick Scarsi (Louis Wolheim), un poderoso gánster que controla tanto las calles como a las autoridades políticas. Cuando McQuigg logra arrestar a Scarsi, descubre que mantenerlo entre rejas será mucho más difícil de lo que pensaba: la red de corrupción llega hasta los más altos niveles del poder.

La tensión aumenta cuando la joven Helen Hayes (Marie Prevost) se ve involucrada en el conflicto, y McQuigg debe decidir hasta dónde está dispuesto a llegar para hacer justicia en un sistema podrido.

The Racket, dirigida por Lewis Milestone y producida por Howard Hughes, ha sido uno de esos descubrimientos que llegan cuando te da por bucear en el cine mudo sin muchas expectativas. Lo primero que quiero hacer es destacar a Louis Wolheim, que está enorme dando vida a “Scarsi”, un gánster despreciable que llena la pantalla con solo aparecer.

La historia se desarrolla con bastante buen ritmo, algo que agradezco mucho en este tipo de películas, y se sostiene sobre la dinámica entre Wolheim, Thomas Meighan y una maravillosa Helen Hayes.

El reparto en general funciona muy bien. Hay una mezcla interesante de amenaza, codicia, ambición y ese puntito de honor que aparece entre líneas en algunos personajes, aunque sea de manera tímida.

Estamos antes una de las primeras películas de genero negro, tiene un aire teatral bastante marcado y la iluminación a veces deja que desear. Finalmente, lo que sostiene a la película es el guion, la manera en que está construida la tensión y cómo los personajes se mueven entre la corrupción, la violencia y sus propias lealtades.

No es de las mejores películas mudas que he visto en este pequeño viaje que estoy haciendo por esa etapa del cine, pero aun así me ha resultado entretenida. Tiene ese encanto de las historias de gánsteres y aunque no sea una obra maestra, sí que tiene momentos muy disfrutables y un reparto que merece la pena. Para pasar un buen rato, desde luego, funciona.