Año: 2024
Duración: 90 min.
País: España
Dirección: Anna Cornudella
Guion: Lluís Sellarès y Anna Cornudella
Música: Emili Bosch Molina
Fotografía: Artur-Pol Camprubí
Reparto:
Duración: 90 min.
País: España
Dirección: Anna Cornudella
Guion: Lluís Sellarès y Anna Cornudella
Música: Emili Bosch Molina
Fotografía: Artur-Pol Camprubí
Reparto:
Clara Muck Dietrich, Brian Stevens, Neil O'Neil, Janet Hubbell
Imagina una sociedad alternativa donde los humanos hibernan durante los meses más fríos del año, igual que muchas otras especies animales. Todo cambia cuando Erin, una niña, despierta de forma prematura. Perdida en medio de un paisaje helado, comienza a vagar buscando a su hermana mayor, Clara, cuyo nombre grita sin que nadie responda.
Cuando la primavera llega y la población humana emerge de su letargo, Clara despierta sola y se adentra en una búsqueda para encontrar a Erin y confrontar las narrativas impuestas por una sociedad que ha aceptado como normal vivir desconectada de los ritmos naturales.
Feroz Arrebato de no Ficción 2024
Premio FIPRESCI de Crítica Internacional 2024 en la sección Forum de la Berlinale
La premisa de The Human Hibernation, de partida me parecía realmente interesante con una propuesta que combina ciencia ficción y cine experimental para replantearnos nuestro lugar en la naturaleza y mostrarnos como criaturas que podrían convivir en armonía con el ciclo natural del planeta. La idea de humanos que se comunican como los animales, que comparten su hogar con fauna libre y que aceptan un orden más primitivo y ecológico es muy interesante.
El problema es que, como experiencia cinematográfica, resulta casi insoportable. La película no fluye, no atrapa, no invita a entrar en su universo y en lugar de sentirse como un viaje reflexivo, parece un ejercicio interminable de lentitud mal entendida. Se estira hasta lo indecible y más que una película, lo que se siente es una especie de podcast de meditación acompañado de imágenes que no consiguen sostener lo que se quiere transmitir y lo peor es que ni siquiera funciona como eso, porque es demasiado larga y demasiado vacía como para provocar calma o recogimiento.
Me molestó especialmente cómo una propuesta con tanto potencial podía acabar convertida en un ejercicio soporífero, casi un castigo para quien intenta seguirla con atención. Sí, hay momentos en los que se atisba algo de poesía visual, en los que parece que de verdad se podría generar una reflexión sobre el tiempo, el duelo y la coexistencia con otros seres vivos, pero se pierden en un mar de reiteración y de un ritmo que termina por apagar cualquier interés.
Es sorprendente que con una base tan original el resultado sea tan pobre. Una espera que una obra experimental te confronte, te agite o al menos te deje con la sensación de haber vivido algo único y aquí, en cambio, lo único que queda es el deseo de que se acabe cuanto antes, porque la sensación es de aburrimiento profundo y de desconexión absoluta con lo que se cuenta.
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