Título original: Thelma
Año: 2024
Duración: 97 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Josh Margolin
Guion: Josh Margolin
Música: Nick Chuba
Fotografía: David Bolen
Reparto:
Año: 2024
Duración: 97 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Josh Margolin
Guion: Josh Margolin
Música: Nick Chuba
Fotografía: David Bolen
Reparto:
June Squibb, Fred Hechinger, Parker Posey, Richard Roundtree, Clark Gregg, Malcolm McDowell...
Thelma Post (June Squibb), una viuda de 93 años, vive sola en Los Ángeles y mantiene una relación cálida pero ligeramente condescendiente con su nieto Daniel “Danny” (Fred Hechinger).
Cuando recibe una llamada de alguien que dice ser Danny —quien afirma estar detenido tras un accidente— envía por correo 10.000 USD en efectivo a una dirección que le indican. Al descubrir la estafa, su familia la subestima y pide ayuda a la policía, pero ella decide tomar cartas en el asunto por su cuenta.
Sin decir nada a nadie, se hace con la scooter eléctrica de Ben (Richard Roundtree) y arranca una búsqueda llena de giros por toda la ciudad para recuperar su dinero.
Thelma: La venganza nunca ha sido tan dulce (Thelma para los amigos) es una película que vi porque la premisa me parecía curiosa: una mujer de 93 años que se embarca en una especie de cruzada personal, inspirada en una experiencia real de la propia abuela del director. Lo primero que quiero destacar es a June Squibb, que después de más de setenta años de carrera consigue aquí su primer gran papel protagonista y lo cierto es que ella es lo mejor de toda la película.
La historia se presenta como una road-movie urbana, un viaje que no transcurre en carreteras infinitas, sino en las calles y espacios cotidianos de la ciudad, transformando lo rutinario en una aventura y subrayándo que la vejez no debería ser vista como una etapa de resignación, sino como un tiempo en el que también caben la autonomía, la dignidad y hasta la rebeldía. Al mismo tiempo, el film hace hincapié en el valor de las relaciones intergeneracionales, en cómo los vínculos entre abuelos y nietos, o entre mayores y jóvenes, pueden ser un motor de cariño, de aprendizaje y de resistencia frente a la soledad.
Me conmovió también ver a Richard Roundtree en su último papel, acompañando con discreción y carisma a esta historia, sin embargo, no puedo negar que más allá de estos aciertos, la película no me ha atrapado tanto como esperaba. Los secundarios están algo exagerados, parecen funcionar únicamente cuando comparten escena con Thelma y en cuanto se alejan de ella, pierden fuerza y credibilidad.
Lo mismo ocurre con los diálogos, que parece como si buscaran la gracia sin llegar a encontrarla o al menos yo no la he encontrado. Hay escenas que se estiran demasiado y que acaban restando ritmo a una propuesta que, en principio, prometía ser ágil y divertida. El resultado es una película que transmite un mensaje bonito, que tiene una protagonista magnífica pero que en conjunto no termina de despegar.
En mi caso, la sensación final fue de cierto aburrimiento. La idea es buena, el trasfondo también pero no basta con eso para mantener el interés. Me quedo con June Squibb, con la ternura de la historia real que hay detrás y con el valor de dar voz a la vejez de una manera diferente, pero como película me resultó irregular y con demasiados altibajos.
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