Título original: The Handmaid's Tale
Año: 2017 - 2025
Temporadas: 6 temporadas (66 episodios)
País: Estados Unidos
Dirección: Bruce Miller, Reed Morano, Mike Barker, Kate Dennis, Floria Sigismondi, Kari Skogland, Daina Reid, Jeremy Podeswa, Dearbhla Walsh, Amma Asante y Deniz Gamze Ergüven
Guion: Bruce Miller, Ilene Chaiken, Dorothy Fortenberry, Lynn Renee maxcy, Nina Fiori, Wendy Straker Hauser, Eric Tuchman, John Hererra, Kira Snyder, Leila Gerstein, Marissa Jo Cerar, Yahlin Chang y Jacey heldrich
Música: Adam Taylor
Fotografía: Colin Watkinson, Zoe White y Stuart Biddlecombe
Reparto:
Elisabeth Moss, Joseph Fiennes, Max Minghella, Yvonne Strahovski, Alexis Bledel, Ann Dowd, Jordana Blake, O.T. Fagbenle, Samira Wiley, Nina Kiri, Amanda Brugel, Edie Inksetter, Madeline Brewer...
Tras el ataque terrorista que acaba con la vida del presidente de los Estados Unidos y la mayoría de los miembros del Congreso, un movimiento que se hace llamar "hijos de Jacob" inicia una revolución y elimina la Constitución de los Estados Unidos para restaurar el orden.
El nuevo régimen, la República de Gilead, es una sociedad totalitaria con una tasa de natalidad muy baja que se basa en el fundamentalismo religioso que trata a las mujeres como propiedad del estado.
Defred (Elisabeth Moss) es una de las pocas mujeres fértiles de Gilead y se ve obligada a vivir como una concubina de los Comandantes, al igual que todas las mujeres que conviven con ella, que son forzadas a la servidumbre sexual en un intento desesperado por repoblar el mundo.
Defred era una mujer que luchaba por sus derechos y, de la noche a la mañana, sus derechos se han esfumado, además de encontrase sola, sin su familia, por lo que busca la forma de escapar, moviéndose entre los Comandantes, sus crueles esposas y sus compañeras de casta.
Una palabra equivocada, un mal gesto o cualquier indicio de rebelión puede acabar con su vida en un mundo en el que todos pueden ser espías.
A pesar de todo, Defred tiene un objetivo: sobrevivir y encontrar a la hija (Jordana Blake) que le fue arrebatada.
En la primera temporada la serie se centra en presentar el Estado de Gilead, su funcionamiento y sus objetivos, todo ello contado a través de la historia de su protagonista, que anteriormente estaba casada y con una hija, y que lucha por sobrevivir como criada reproductora de un importante comandante y su esposa, que tienen sus propios conflictos de pareja, mientras Defred comienza un romance con un joven llamado Nick (Max Minghella).
La segunda temporada nos lleva a nuevos lugares como las Colonias, lugar donde se envían a las criadas que se han saltado las normas y donde nos adentra en la historia de Emily (Alexis Bledel).
Defred está embarazada, hecho que puede cambiar el transcurso de su vida y que le hará enfrentarse a complejas decisiones, por lo que su relación con Nick se verá afectada, ante su constante lucha para liberar a su futuro hijo de los horrores de Gilead.
En la tercera temporada y después de que pareciese el momento perfecto para June (Elisabeth Moss) de escapar de Gilead, se levanta una rebelión de otros personajes como el de Rita (Amanda Brugel), Nick y Serena (Yvonne Strahovski).
Defred está decidida a sacar a Hanna del infierno en el que se encuentra y acabar con el régimen, lista para tomar riesgos que compensen por su vida en los últimos años.
En la temporada cuatro June se ha convertido en una líder rebelde y muy feroz, pero los riesgos que asume traen consigo nuevos desafíos inesperados y muy peligrosos para los de su alrededor.
Su misión de obtener justicia y venganza comienza a consumirla e incluso amenaza con destruir sus relaciones más queridas.
En la quinta temporada June sigue con su plan para acabar con Gilead y con todo aquel que formó la República de Gilead para luchar contra la infertilidad a base de secuestrar a mujeres que fuesen fértiles.
La sexta y última temporada de El cuento de la criada concluye la intensa travesía de June Osborne y su lucha contra el régimen opresivo de Gilead.
June, tras encontrar refugio en Canadá, se ve obligada a huir nuevamente debido a una creciente ola de odio, lo que la lleva a retomar su lucha por derrocar definitivamente a Gilead. Luke y Moira se unen activamente a la resistencia, mientras que Serena intenta reformar Gilead desde dentro.
Emmy Primetime 2017 a la Mejor Serie Dramática
Emmy Primetime 2017 a la Mejor Dirección de una Serie Dramática
Emmy Primetime 2017 al Mejor Guion de una Serie Dramática
Emmy Primetime 2017 a la Mejor Actriz de una Serie Dramática para elisabeth Moss
Emmy Primetime 2017 a la Mejor Actriz de Reparto de una Serie Dramática para Ann Dowd
Emmy Primetime 2017 a la Mejor Actriz Invitada en una Serie Dramática para Alexis Bledel
Emmy Primetime 2017 a la Mejor Fotografía de una Serie de Cámara Única
Emmy Primetime 2017 al Mejor Diseño de Producción de un Programa Narrativo Contemporáneo o de Fantasía
TCA Award 2017 al Mejor Programa del año
TCA Award 2017 al Mejor Drama
Globo de Oro 2018 a la Mejor Serie de Drama
Globo de Oro 2018 a la Mejor Actriz de una Serie Dramática para Elisabeth Moss
American Cinema Editors Award 2018 a la Mejor Edición de una Serie Dramática
Arts Directors Guild Award 2018 One Hour Contemporary Single Camera Series
Premio de la Crítica Televisiva 2018 a la Mejor Serie de Drama
Premio de la Crítica Televisiva 2018 a la Mejor Actriz en una Serie Dramática para Elisabeth Moss
Premio de la Crítica Televisiva 2018 a la Mejor Actriz de Reparto en una Serie Dramática para Ann Dowd
Premio Satellite 2018 a la Mejor Actriz en una Serie Dramática para Elisabeth Moss
Premio Satellite 2018 a la Mejor Actriz de Reparto en una Serie Dramática para Ann Dowd
Emmy Primetime 2018 a la Mejor Actriz Invitada en una Serie Dramática para Samira Wiley
Emmy Primetime 2019 a la Mejor Actriz Invitada en una Serie Dramática para Cherry Jones
Emmy Primetime 2019 al Mejor Actor Invitado en una Serie Dramática para Bradley Whitford
Emmy Primetime 2020 al Mejor Diseño de Producción
Estupenda serie basada en la novela de 1985 del mismo nombre de Margaret Atwood que nos narra una terrible y dolorosa historia, una distopía que ha conseguido convertirse en una saga que nos muestra un mundo no tan difícil de reproducirse en nuestra realidad y que quizás se está adelantando a lo que, si no frenamos el auge de la extrema derecha, podamos llegar a vivir.
Como suele ocurrir con las series que se van alargando en el tiempo, tiene momentos en que la historia flojea, pero aún entonces, la serie es tan poderosa que merece la pena verla, a pesar del sufrimiento y la angustia que te causan algunas de sus escenas.
Narrada en un clima opresivo, desolador y asfixiante, a la vez que tiene una lucidez y clarividencia que da bastante miedo, sin duda unos de sus puntos más fuertes es su reparto, encabezado por Elisabeth Moss que hace una interpretación magistral, con la que es capaz de transmitirnos absolutamente todas las emociones contenidas en un primer plano de su mirada, desde el amor, al odio, desde el sufrimiento y la ira a la desesperación y el abatimiento, de la dulzura y la tristeza a la fuerza y la debilidad.
Pero además de ella, el resto de los actores y actrices están absolutamente brillantes con unos villanos sublimes como es el caso de Ann Dowd como la tía Lydia, la inquietante Serena interpretada por Yvonne Strahovski o Ralph Fiennes que consigue que me den escalofríos cada vez que aparece en escena.
Absolutamente todas las interpretaciones son espectaculares y si a ello añadimos un buen guion, una estupenda banda sonora, una gran dirección, fotografía y montaje, estamos ante una de las series más impactantes e inolvidables de los últimos tiempos, aunque eso si... no apta para todas las sensibilidades.
Alguna de las curiosidades que tiene esta serie son por ejemplo que Elisabeth Moss grababa la mayoría de sus escenas sin maquillaje, especialmente en los planos cortos, para darle más realismo, y otro dato curioso es que la propia autora de la novela, Margaret Atwood hace un pequeño cameo en el capítulo piloto interpretando a una "Tía" que abofetea a Drefed.
Interesante la simbología que representan los colores de los vestidos de las mujeres, mujeres que han visto arrebatados todos sus derechos y que clasifican los hombre según su jerarquía por el color de su ropaje, vistiendo a las esposas subyugadas a sus maridos, sin voz ni voto, de un azul verdoso con el que se quiere representar la pureza, las Tías usan un color marrón con el que quieren representar la autoridad para el adoctrinamiento y castigo de las criadas, las Marthas utilizan el color verde oliva representando a las empleadas domésticas de las familias de elite, mayores e infértiles que se quedaban al cuidado de la casa y el rojo de las Criadas con el que quieren representar la fertilidad.
Estamos ante una serie impactante pero que no es tan inverosímil lo que nos cuentan en ella, empezando por el grupo extremista que consigue tomar el poder de un país por medio de la violencia erradicando la libertad en toda la dimensión de la palabra, impidiendo la posibilidad del derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo, o la persecución a las mujeres por el simple hecho de serlo quitándoles hasta su propia identidad y cambiándoles hasta de nombre o practicando la mutilación genital, pasando por la persecución de los colectivos LGTBI+, de los médicos que practicaron abortos, del robo de niños, las ejecuciones públicas o las colonias a donde llevan a las mujeres que no se comportan según las reglas establecidas.
Pero no todo es negativo, no todo es violencia, opresión y terror, también nos deja una puerta abierta a la esperanza, a la solidaridad, a la sororidad... y quiero no perder la fe en ello y creer que un mundo mejor es posible, aunque a veces no lo parezca.
Y después de tantos años siguiendo esta historia, por fin llegó la sexta y última temporada y con ella siento que se ha cerrado una etapa y aunque he disfrutado de muchos momentos, también es cierto que me he quedado con la sensación de que algo faltaba, sobre todo en el capítulo final.
No voy a negar que esta temporada tiene escenas realmente potentes. Algunas te dejan con el corazón en un puño, otras te hacen apretar los dientes y otras te devuelven una chispa de esperanza, aunque sea pequeña. Hay tensión, hay emoción, hay dolor... y hay verdad.
Pero claro, una espera que el último capítulo de una serie como esta te remueva por dentro, que te deje tocada, incluso rota, que cierre con fuerza todo lo que ha ido construyendo a lo largo de los años y aunque hay momentos muy bonitos y una escena de June con su madre que me puso los pelos de punta, esperaba algo más.
Eso sí, hay una frase que se me ha quedado grabada y que para mí resume perfectamente el mensaje de la serie y de lo que estamos viviendo fuera de las pantallas, en la vida real y es cuando June le dice a su madre: “No luchar fue lo que hizo que Gilead fuera posible”. Es tremendo y es real. Porque callar, mirar hacia otro lado, acostumbrarse al horror, es justo lo que abre la puerta a que las cosas se descontrolen, a que los derechos desaparezcan, a que el dolor se normalice. Quien aún no lo haya entendido, debería pensarselo. La serie lo deja claro: el silencio ante la barbarie solo lleva a algo mucho peor. Más oscuro. Más cruel y si todavía hay alguien que no lo sabe... la realidad —desgraciadamente— siempre supera a la ficción.
Lo mejor de esta temporada, para mí, son esos pequeños momentos de lucidez y humanidad entre tanto horror. La resistencia sigue siendo un acto cotidiano, lleno de dudas, miedo y rabia, pero también de valentía y ver cómo algunos personajes, incluso los que parecían estar perdidos, toman decisiones que cambian el rumbo de todo.
A pesar de ese final que me ha parecido algo tibio y terriblemente abierto (por favor, no hagan más temporadas), aun así, El cuento de la criada ha sido, es y será una serie imprescindible.